El anauco de Andrés Bello / Autorretrato con pastora
Irrite la codicia
por rumbos ignorados
a la sonante Tetis
y bramadores austros;
el pino que habitaba
del Betis fortunado
las márgenes amenas
vestidas de amaranto,
impunemente admire
los deliciosos campos
del Ganges caudaloso,
de aromas coronado.
Tú, verde y apacible
ribera del Anauco,
para mí más alegre,
que los bosques idalios
y las vegas hermosas
de la plácida Pafos,
resonarás continuo
con mis humildes cantos;
y cuando ya mi sombra
sobre el funesto barco
visite del Erebo
los valles solitarios,
en tus umbrías selvas
y retirados antros
erraré cual un día,
tal vez abandonando
la silenciosa margen
de los estigios lagos.
La turba dolorida
de los pueblos cercanos
evocará mis manes
con lastimero llanto;
y ante la triste tumba,
de funerales ramos
vestida, y olorosa
con perfumes indianos,
dirá llorando Filis:
«Aquí descansa Fabio» .
¡Mil veces venturoso!
Pero, tú, desdichado,
por bárbaras naciones
lejos del clima patrio
débilmente vaciles
al peso de los años.
Devoren tu cadáver
los canes sanguinarios
que apacienta Caribdis
en sus rudos peñascos;
ni aplaque tus cenizas
con ayes lastimados
la pérfida consorte
ceñida de otros brazos.
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Don Andrés Bello nació en la ciudad de Caracas el 29 de noviembre de de 1781 y es junto al Generalísimo Francisco de Miranda y el Libertador Simón Bolívar la terna de caraqueños inmortales que salieron al mundo a luchar desde distintos frentes por la emancipación de la América hispana contra todo tipo de colonialismo.
Don Andrés Bello, tras largos años de penuria en Europa, pero también de disciplinada formación humanística, recaló en Chile (1829), su patria de adopción, donde contribuyó grandemente con la consolidación de su Código Civil (1855) y el desarrollo de su sistema educativo, al aupar la fundación de su principal universidad, Universidad de Chile (1842).
De entre sus principales obras literarias, destacan la Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos (1847), obra de referencia aún hoy imprescindible para los estudios gramaticales, los Principios del derecho de gentes, el poema «Silva a la agricultura de la zona tórrida» y el ensayo Resumen de la Historia de Venezuela, entre otras.
Don Andrés Bello falleció en la ciudad de Santiago de Chile el 15 de octubre de 1865.
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