Espacio de una gran casa. Puesto Cabello, 2014 / Yo justifico esta guerra de Víctor "Chino" Valera Mora

 

Espacios de una gran casa. Puerto Cabello, 2014

 

 

Yo justifico esta guerra


I


No teníamos ni un gramo de seso para pensar
y el mirar no alcanzaba más allá de nuestras
occidentales narices
arrebatado instinto éramos todos
Pompeyo era también benévolo e ignoraba tanto
como nosotros mismos
La Declaración de los Derechos del Hombre
nos desordenaba los cabellos y se explicaba
El Manifiesto del Partido era asunto de otros climas
difícil por demás plantear antiguas querellas
decían los sabios mientras se arreglaban las corbatas
un poco voladas por la brisa
El problema del poder político dejado en manos del almanaque
para dentro de mil años cuando los monopolios
y los explotadores nacionales comprendieran que hacían mal
y pactos de no agresión con los enemigos de clase fueron firmados
Oh desvergonzada ingenuidad
Ya en el 45 había caído la zamurada sobre el botín
dividido el movimiento obrero alimentadas las jaurías policiales
a cambio de pan dieron al pueblo voto universal y secreto
y en las urnas quedaron las promesas
y afuera el hambre floreciendo desde entonces
Llamábase democracia al fascismo y maestro
de juventudes a un viejo celestina de los poderosos
Ahora el adiposo coronel que los aventó de Miraflores
no era un advenedizo ni hijo putativo de nadie
heredaba el gran proscenio recién inaugurado tres años atrás
porque léanse las Leyes de Indias y se entenderá
la cuestión del Mayorazgo
 
Diez años de terror combatíamos buscando salida a la muerte
enseñoreada sobre el hombro de nuestra adolescencia
que procuraba crecer y no desentenderse jamás de su alegato
y como nada sabíamos y nada se nos dijo
el 23 de Enero las banderas escondidas en el fondo
quedaron a medio desplegar las masas escarnecidas desatadas
tempestuosamente fueron precipitadas por la indolencia
Porque agitadas las aguas de la insurrección y derrocado el tirano
mientras la burguesía corría al palacio del gobierno
para seguir la fiesta de los privilegios
nosotros nos quedamos en las calles vociferando pidiendo orden
a quienes toda una década clamábamos porque se desordenaran
cortando la protesta con inútiles consignas
tímidamente rogando el descongestionamiento
de las cárceles atestadas
cotorras olvidadizas pidiendo elecciones libres
pero aclaró el río revuelto y como éramos
puros académicos respetuosos
las redes se nos quedaron dormidas en las manos
y como nada se nos dijo tampoco
de nuevo el prostíbulo de la demagogia representativa
encendía su foco de tolerancia
Instantes la toma del presidente de cartón
ante el erizamiento de las bayonetas
los desamparados electores otra vez aislados
y segregados y regresados a la indigencia como siempre
Y no era para menos
Cuando regresaron del ocioso exilio en Norteamérica
entre letras del pacto de Nueva York ordenaban ya
la intensificación de la entrega descarada
y la castración de lo nacional
Para ello uncidos hasta los tuétanos de histeria anticomunista
loando la guerra fría y la bienaventuranza de los monopolios
haciendo planes para industrializar la acidez de la prostitución
Las conocidas aves temblorosas
queriendo trastocar el amor entre hombre y mujer
 
Como cocodrilos llegaron dándose golpes de pecho
sectarios hasta la partida bautismal desolados perros de carnicería
capataces de látigo y sombrero de corcho
cambistas de baja ralea mercaderes de la desvergüenza
reivindicadores de la persecución y la tortura
Nunca tuvo que ver la traición con lo telúrico


II


Un mañana de rata nos ofrecía el opio
del respeto a las instituciones heredadas
y el cauce de las ofensas colmaba ya
los puentes de nuestros corazones
para seguir tendidos sobre el escudo de la ignominia
rumiando largas tiras de melancolía
Y como no queríamos que se nos siguiera escupiendo
asesinando impunemente antes que se nos desterrara
decidimos enguerrillar nuestras posibilidades
tomar las armas para defendernos
y llevar hasta el fin la justa guerra de liberación.
Entonces comenzaron a llamarnos impacientes locos
malos hijos de la patria agentes de Pekín cubanófilos obnubilados
Acusarnos de extranjeros a nosotros
que sólo sabemos de la primavera
cuando avistamos florecido el araguaney
que nos enteramos del otoño cuando deshoja el algarrobo
que en invierno a nadie le hemos tumbado su sombrero
con bolas de nieve
ni abrazados en verano por lo ardiente que desboca avenidas
como soplo del diablo
nosotros con la misma piel resbaladiza de las piedras del río
que nos vio nacer y hacernos audaces en sus riberas
Galope y canta hasta la raíz de los cabellos
Aun no abandonados por el frío de las altitudes
y azules y medrosos como las vías selváticas y marineros
en el mar Caribe
Los saludados paisa o ñero o compay o guaro y no de otro modo
 
Que si hemos traspasado la frontera no ha sido más lejos
del mercado de Cúcuta para comprar un pantalón y una camisa
a mitad de precio que los de aquí y eso no todos hemos ido
Nosotros que no hemos hecho otra cosa que desvivirnos
por esta tierra en desgracia y el amor del pobre pueblo marginado
Rabian porque Cuba es el más inmediato querer
y la vergüenza de Fidel toda la dignidad en pie de guerra
III
Ellos pensaban que Ezequiel Zamora
había concluido para siempre
y nunca más el planteamiento de su cuchillo
y desmesurado corazón
regresaría a hurgar la paz de los oligarcas
Pero no todos los muertos viajan tranquilos
a algunos molesta estar ahí sin hacer nada
e insisten con terquedad
y regresan a presidir los nuevos combates
a dilucidar el asunto que los vistió de ausencia
Ved al guerrillero mal herido al padre de todos nosotros
crepitando en los últimos carbones federales
cómo rebotaban sus huesos sobre la tierra
cómo dieron fuego al pajonal
cómo hoguearon los límites del hombre
Vedlo en traje verde oliva
por montes y calles más terrible
que los que hoy matan y se lavan las manos
y confiesan los días de guardar para purgar sus penas
Mas es cierto es reconocido
la caída en el sitio de San Carlos
fue una jugada de mala ley
pero olvidaron enterrar el sonido de sus sienes veladas
Zamora cabalga señores
ya los dientes del pueblo
están royendo los muros de vuestro reino
y no es el desarropado ni el sordo ni el ciego de ayer
ahora tiene bandera poetas y metal organizado

 

Recojan la cosecha de vientos que sembraron
Y la igualdad fraternidad y libertad que dice la Constitución
se las van a tener que tragar por los ojos
Porque estamos cansado de tanta miseria y circo
y vamos a meterle un balazo en la cabeza
al estado de cosas existente
Eso que llaman Derecho Natural
tendrá mortaja y tumba bajo el aire de nuestra decisión
porque sabemos dirigir el fusil
y la dinamita nos es familiar hasta la audacia
La democracia representativa apesta ya
como un presagio de azufre quemado
el gavilán de la insurrección revolotea sobre las candelas
y está esperando allí está esperando
y bajará y conocerá vuestros despojos
el día del desagravio antes las armas congregadas
Abrid las compuertas del miedo oligarcas
porque la paz no será con vosotros
Zamora cabalga en el incendio
y somos lo que sucede la posibilidad del porvenir
 

IV


He aquí el cuestionado problema
“las inversiones norteamericanas en nuestro país
representan aproximadamente el 60% del total
de las inversiones de los Estados Unidos en la
América Latina”.
Sabemos que en el infierno del subdesarrollo
toda crueldad es posible
pero no somos la generación de los inmolados
ni nuestros dolores huyen con las armas bajas
y desenterramos el hacha de la guerra
porque el drama venezolano no es cábala
ni enigma ni creación de bellas cosas para el placer
nuestra suerte está signada por el despojo
fluctuante en las estadísticas de los porcientos
Ved lo que toca a nosotros
principales signatarios de la gran factoría Iñaki
El 60% de toda la amargura del aire americano
El 60% de las desdichas las frustraciones los hilos cortados
las hambres no satisfechas y la oscuridad de la ignorancia
El 60% de las abstinencias obligadas sobre el lecho del amor
El 60% de las colillas apagadas en el fondo de los ojos
como en el fondo de un cenicero valiosísimo
de los salivazos en la cara los huesos rotos las cabezas turbadas
la sangre prevista en la orina al día siguiente de la captura
los testículos salvajemente golpeados en la estación de torturas
en nombre de la democracia representativa
El 60% de las paladas de estiércol
tiradas sobre el rostro de 200 millones de nativos
El 60% de los productos de desecho de las fábricas de la metrópoli
vendidos a nosotros a precios de escándalo
y ya inservibles en el tiempo
El 60% de las restricciones en el mercado de materia prima
apenas reseñadas por la gran prensa y aplaudidas
en rueda de lacayos
Y de las decisiones tomadas en los organismos internacionales
el 60% de la humillación de la patria renegada
y convertida en descarada puta continental
El 60% del temor de que las muchachas y los muchachos nuestros
sean tentados y precipitados a las aguas verdes
de las drogas los juegos de azar y el comercio de la carne
El 60% de los hogares allanados de los hogares destruidos
de las mujeres y los niños en la indigencia porque los padres
están desocupados o fueron secuestrados
por los sicarios del régimen
y a vuelta de meses sin noticias de ellos aún
 
El porcentaje de los rebelados y luego caídos en la lucha
y luego las madres enlutadas y las hermanas enlutadas
y las novias como estrellas desprendidas adentro
y difícilmente restituidas
El porcentaje nuestro sobre el caudal del río
que cruza mordiendo la geografía del llanto
El 60% de la brutalidad sobre los sentidos
y el sordo frenesí de los soberbios porque la sabiduría
fue incautada y quemada en los sótanos policiales
para olvidar la dirección del viento y el terrible anuncio
desde la Isla de Fuego
Es el peso que nos toca no importa en qué sitio del continente.
Pero no todo
es puerta cerrada en los basurales del desprecio
ni el destino del corazón del hombre es rebotar
interminablemente ante el muro de la angustia
También el hombre se cansa de sufrir
un día prende la vida como un madero
y labra a su medida la dimensión del tiempo
que se le da sobre la tierra
es la más alta idiosincrasia del reino animal
la humana condición de realizarse por completo
para ello pone sus fuerzas en tensión
y se decide insurrecto lleno de claridades
Hablo del hombre del Tercer Mundo
aferrado al fusil como al aire


V


El hombre aparece en los reales dominios de la violencia
El hombre crece en la táctica y la estrategia del amor
El hombre tutea al amor
El hombre saluda al amor como un combatiente el amanecer
El hombre dice al paso del amor
Salud                                                                                                                                                  Estrella de cinco puntas
Estrella solidaria
Estrella de los desocupados
Estrella de los apaleados
Estrella de los ofendidos
Salud
Estrella armada
Estrella de las ingentes energías
Estrella de las huelgas generales
Estrella de la canción de los ríos
Estrella lavada en los combates
Estrella que ciega los ojos del verdugo
Estrella más libre que los carceleros
Estrella altiva impostergable
Saludos cordiales, Estrella de la tercera glaciación
Estrella del fuego domeñado
Estrella de la piedra pulimentada
Estrella de la caza del Mamut
Estrella de las cuevas de Altamira
Estrella de la invención de la rueda
Estrella de la invención de la escritura
Estrella de Heráclito en perpetuo movimiento
Estrella de Espartaco
Estrella de la rebelión de los esclavos
Estrella de la caída de Roma
Estrella de Jean Huss
Estrella de las guerras campesinas
Salud
Estrella del Renacimiento
Estrella de maderos y velas echados al mar
Estrella de Galileo en la encrucijada de la Inquisición
Estrella de los caribes
Estrella de los araucanos
Estrella de Lope de Aguirre
Estrella de los negros cimarrones
Estrella de Tupac Amaru
Salud
Estrella de la máquina de vapor
Estrella de la toma de La Bastilla
Estrella de Toussaint Louverture
Estrella de Bolívar
Estrella sobre un caballo en 1813
Salud
Estrella del Socialismo Científico
Estrella de la Comuna de París
Estrella de la Revuelta de Canudos
Estrella de la Huelga de Cananéa
Estrella de Emiliano Zapata
Estrella de los Sóviets
Estrella de las montañas de las Segovias
Estrella de Sandino
Estrella del pequeño ejército loco
Estrella de los hermanos de John Reed
Estrella de los hermanos de Paul Robeson
Salud
Sol de la alegría de Julios Fucik
Sol de Stalingrado
Sol del Ejército Rojo en las puertas de Berlín
Sol de los partisanos
Sol de los maquís
Sol de la Gran Marcha
Sol de la Gran Patria China
Sol del Sitio de Diem Bien Phu
Salud
Porque vendrán días mejores
Estrella escupida en Guernica
Estrella fusilada en Grecia
Estrella rota sobre Guatemala
Estrella ahogada en Bolivia
Estrella de Corea flor de azalea ofendida
Salud
Estrella de los caminos del cosmos
Estrella del África liberada
Estrella de América convulsionada
Estrella del Vietcong
Estrella del Pathet Laos
Estrella de los guerrilleros de Angola
Estrella de los guerrilleros de Guinea
Estrella de la media luna argelina
Estrella de todos los justos
Salud
Sol Solitario
Sol de José Martí
Sol del 26 de julio
Sol de la Sierra Maestra
Sol de las Dos Declaraciones de La Habana
Estrella levantada con nuestras manos
Estrella del 23 de Enero
Estrella de las hondas caídas
Estrella del 4 de Mayo
Estrella del 2 de Junio
Estrella de las armas liberadas
Estrella de las montañas de Falcón
Estrella de las montañas de Portuguesa
Estrella de las serranías de Lara
Estrella de Oriente
Salud
Estrella de los libres
hoguera incansable mar de aristas
huracanado drama que nos conmueve
inscrita en la más alta colina de nuestros actos
Sol del mundo que haremos
los que van a vivir te saludan


Fuente: Víctor Valera Mora: Obra poética

En: Cuaderno de poesía crítica nº. 88: Víctor Valera Mora, “El Chino”
 

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