Mirando en el Barrio
Petare, 2009
Sus relieves candente, sus pasajes, son un salmo
luctuoso y monocorde;
los niños corren y gritan,
como pequeños lapsos, en un eterno, enmudecido
sepia demente. Hay ciudades, también,
que dulcifican la luz del sol:
En sus espejos de oro crespuscular las aguas abren y encienden
cercos de aromas y caricias rituales; en sus baños:
las risas, las paredes reverdecientes...
Coral Bracho
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